Después de algún que otro apunte reciente so down, no está mal calzarse por un rato el cuero Bull. Ojo: la Burbuja en AI sigue creciendo (y no debemos dejar de pensar de esa manera), pero también es muy válido que a veces ponerse en la piel alcista no está mal, no perdiendo de vista -claro está- sus razones.
Que el mercado está lleno de dudas con toda la peli entorno a la AI -por la deudas en las que está incurriendo- quién lo ignora. Lo que publicó Michael Harnett del BofA el jueves 6 es más que elocuente. Todas estas empresas ligadas a dicho ecosistema que estaban financiándose con su propio cash, ahora -de repente- empiezan a necesitar financiación. Nos advierte Harnett que hay deudas de Oracle de 18 mil millones, de Meta de 30 mil millones, y de otros (varios) de 27 mil millones. Es una bocha…
Pero si nos centramos en el corto plazo -análisis técnico mediante-, la gente de The Set Golden aclara que siempre que ha aparecido desde abril una señal de este tipo (que se evidencia en el gráfico de líneas de tendencia) ha supuesto un tirón considerable hacia arriba (siempre en el corto plazo, por supuesto). Sencillamente: cuesta mucho darles la vuelta a las tendencias alcistas.
Por su parte, desde un paper de Goldman Sachs (GS) se sostiene que un movimiento de un 5% a la baja como se ha visto días pasados no es una anomalía para esta época del año. No sólo en el SPX sino también en el NDX (tanto en 2023 como en 2024) hubo una corrección así. Pero, más o menos, desde la segunda quincena de noviembre, se dio un tirón hasta fin de año.
Ahora bien, y esto es muy importante, para quien está convencido en la formación de una Bubble en AI (y estamos inmersos en una de ella), lo normal sería pensar que hemos llegado demasiado lejos. Pero, atención, ¿qué es haber llegado demasiado lejos? Si de burbujas se trata, ¿estamos pensando ubicarnos en 1998-1999, o en 2000? Esta es la comparativa entre la puntocom y la actual (aún en pleno desarrollo).
Repasemos: en 1998 ya se hablaba que todo eso era una “exuberancia irracional” (sermoneaba Alan Greenspan desde el púlpito de la Fed). Y salían portadas de The Economist y de Barron’s alertando de que las valoraciones eran una locura. Que había valores con PER propios de un manicomio, etc., etc. Y era así nomás: dichas valoraciones eran propias de un psiquiátrico a cargo de un borracho dormido al volante.
Hoy es (¿casi?) igual: las bubbles pueden hacer esto.
Entonces, ¿qué se hace? ¿Un inversor de a pie se pone en corto? GS responde que la actividad del mercado de capitales está muy por debajo de los niveles de 1998-1999; o de 2006-2007 (la otra Bubble que no puede soslayarse). En efecto, cuando un mercado está muy “recalentado”, la actividad de las Ofertas Públicas Iniciales de salida a Bolsa (IPO, por sus siglas en inglés) suelen ser de gran magnitud (hoy todo se mueve de modo un tanto más moderado). Entre 1998-2000, las puntocom que no tenían ingresos eran las que alcanzaban las valoraciones más exageradas. Hoy en día la mayoría de las Siete Magníficas cotizan a un PER de 31 veces frente a 23x del propio SPX. Además, las 7 Mag generan un fuerte Flujo de Caja Libre, participan en recompras de acciones (stocks buyback), y pagan dividendos en efectivo (cosa que ¡obviamente! no ocurría a finales del milenio y siglo pasado).
Para ir terminando, no olvidemos en este apunte a Michael Burry. Lo suyo es un típico caso de timming.
Burry, titular del Hedge Fund californiano Scion Capital LLC, fue el inversor conocido por predecir la crisis inmobiliaria de 2008. Su papel fue retratado en 2015 en el film The Big Short (acá se conoció como La Gran Apuesta y todavía puede verse por Netflix). Burry -desde 2005- advirtió la gravedad de la crisis que se avecinaba con las subprimes, y por tal motivo empezó a ponerse (muy) corto contra los CDO (Collateralized Debt Obligation) a través de la compra creciente (y agresiva) de CDS (Credit Default Swaps). Todo sabemos cómo terminó aquella burbuja. Lo único que se le criticó a Burry es haber cometido un error de timming, al adelantarse tanto a la pinchadura de aquella Bubble, malgastando en consecuencia parvas de guita de sus propios inversores en adquisición de CDS para mantenerse short durante más de tres largos años. Todos admiraron su profunda y detallada observación del origen de la hecatombe en ciernes, pero resulta que se “adelantó demasiado”. Por supuesto, tuvo razón, y al final ganó mucho con su apuesta en corto, pero en el camino dejó un tendal de inversores propios que fueron sacados en camilla.
Ahora, durante los últimos días y desde las redes sociales, este inversor apuntó específicamente a las empresas tecnológicas que compran chips y servidores de Nvidia, argumentando que no deberían extender la vida útil de equipos informáticos que típicamente tienen un ciclo de producto de dos a tres años. Según Burry, los "hiperescaladores" están haciendo exactamente esto. Burry estima que estas empresas subestimarán la depreciación en 176.000 millones de dólares entre 2026-2028. Para 2028, proyecta que Oracle sobrestimará sus ganancias en un 26,9%, y Meta en un 20,8%. Además, Burry ha ganado cada vez más protagonismo en la plataforma X desde el 31 de octubre, cuando publicó un mensaje críptico sobre burbujas y participación en el mercado. Esa publicación llegó justo días antes de que revelara que poseía opciones de venta (Puts) sobre Nvidia y Palantir.
Desde ya, Burry no está solo al plantear estas preocupaciones. Otros vendedores en corto, incluido Jim Chanos, también han destacado problemas con las prácticas de depreciación, señalando que las empresas estaban utilizando financiación innovadora para eliminar equipos de sus propios balances. En otras palabras, Michael Burry está observando con sumo detenimiento (otra vez) lo que también otros analistas están señalando con preocupación.
La pregunta que cabe hacerse -en todo caso- es si nuevamente este inversor no está “adelantándose demasiado” (como lo hiciera en 2005-2007) a un “pinchazo” que invariablemente vendrá en la AI, pero que aún “sigue latiendo” en un mercado que sigue en ascenso hasta quién sabe cuándo.
Disclaimer: El contenido de este apunte no debe interpretarse bajo aspecto alguno como consejo de inversión o recomendación de compra o venta de un activo o título en particular. Dicho contenido representa únicamente la opinión personal de quien lo suscribe. En todos los casos, todo inversor particular debe asesorarse con un profesional (ALyC) inscripto y habilitado a tal efecto ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) de la República Argentina.