En lo que a metales preciosos se refiere, 2025 fue sin dudas el año del oro (+ 44%) y de la plata (+ 33%). Pero ahora, uno de los metales que está llamando mucho la atención es el cobre (Dr. Copper, como se lo conoce en la jerga del mercado de metales). Se sabe que los centros de datos son necesarios para la Inteligencia Artificial (AI), y los centros de datos consumen una gran cantidad de cobre. Necesitan cobre para los sistemas de alimentación, para la refrigeración y para la transmisión de energía. Para que nos hagamos una idea, los centros de datos como los que tiene Amazon o los que puede tener Meta, exige al menos en su construcción 45.000 toneladas de cobre.
Pero además, a esta demanda creciente de cobre por parte de los centros de datos de la AI, se suma la demanda de los vehículos eléctricos y de la economía verde. Es obvio que nos enfrentamos a una demanda creciente.
La pregunta es, ¿y la oferta? ¿Puede seguir el ritmo de crecimiento de la demanda? Se estima que en el año 2026 probablemente no. Nos encontramos en primer lugar que la producción de cobre está muy localizada, está muy concentrada geográficamente.
Chile y Perú concentran el 40% de la producción a nivel mundial. Debe sumarse la producción creciente por parte de la República Democrática del Congo y de Zambia, que integran el Copperbelt o Cinturón del Cobre africano. Y algunas minas, como la de Indonesia, que han estado paralizadas. Además, nos encontramos que hay también restricciones regulatorias. Específicamente, la diferencia principal radica en la concentración de las vetas de cobre y en el marco legal para la minería. Si bien Argentina también tiene un gran potencial, Chile ha desarrollado su industria minera a gran escala debido a un marco regulatorio más flexible, mientras que Argentina tiene una Ley de Glaciares más estricta que restringe la minería en zonas sensibles. En Chile, las vetas de cobre se encuentran en concentraciones más accesibles, mientras que en Argentina, los minerales a menudo están diseminados y en menor concentración.
Todo esto hace pensar que muy probablemente nos enfrentemos a desequilibrios en el año 2026 entre oferta y demanda.
Si bien es cierto que muchos analistas comparan esta proyección de aumento (¿desmesurado?) en este tipo de infraestructura (centros de datos, consumo energético, etc.) con lo ocurrido en el año 2000 cuando se instalaron extensas redes de fibra óptica que hoy -25 años después- sólo son utilizadas aproximadamente en un 25%.
De todos modos, y de cumplirse medianamente con las expectativas en torno al auge de la AI, esto podría (dicho en modo potencial) a multiplicar mucho el precio del cobre.
A continuación, podemos observar dos gráficos donde se muestra tanto la evolución de precio del cobre durante los dos últimos dos meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) como la relación del precio spot del metal con el Dólar Index.
Fuente: Comisión Chilena del Cobre
Ahora bien, tanto los CTAs (Commodity Trading Advisors) de los grandes fondos y bancos de inversión como los Portfolio Manager de Hedge Funds, son los que acceden usualmente a los mercados de futuro del cobre. Los más importantes de estos mercados son la Bolsa de Metales de Londres (LME), que es la plataforma líder para metales no ferrosos, y la Bolsa Mercantil de Chicago (COMEX), que opera a través de la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), donde el cobre es uno de los principales productos negociados. Además, la Bolsa de Metales de Shanghái (SHFE) es un mercado crucial en Asia, reflejando la gran demanda de China.
No obstante, el inversor particular puede hacerlo a través de la Bolsa comprando acciones de empresas mineras que se dedican a la extracción y producción de cobre.
Entre las más importantes se encuentran Southern Copper Corporation (Ticker: SCCO) y Freeport-McMoRan Inc. (Ticker: FCX). En el caso de invertir directamente en una empresa -además del precio de cotización del metal-, el potencial de ganancia depende de la gestión y eficiencia corporativa que cada una de ellas posea.
La otra opción es invertir a través de los Fondos Cotizados en Bolsa (ETFs) de cobre.
Se destacan: el Global X Copper Miners (Ticker: COPX) que gestiona activos netos (Net Assets) por valor ~ 2,79 mil millones de dólares, y el iShares Copper And Metals Mining (Ticker: ICOP), perteneciente a BlackRock con un Net Assets mucho más pequeño (~ 91,91 millones de dólares).
Si miramos hacia atrás, entre el año 2000 y 2011 el precio del cobre creció de manera constante, con picos significativos impulsados por la demanda de China (creciendo a “Tasas Ídem”) y el desarrollo económico global. Pero entre 2012-2016, hubo una caída importante en el precio del cobre, debido a la desaceleración económica mundial, que llevó los precios a niveles bajos. Los precios se estabilizaron en un rango de USD 2,50 á USD 3,00 por libra. Después de la Pandemia, el precio del cobre se mantuvo volátil, con picos y caídas, afectados por la inflación, la política monetaria, la guerra en Ucrania y la incertidumbre económica global. Desde 2025 a punto de culminar, el precio del cobre alcanzó un nuevo pico histórico en el mes de julio, superando los USD 5,94 por libra.
Pregunta obvia para ir cerrando otro capítulo que compone esta larga zaga: ¿será el boom de la AI el que -en este caso- llevará al Dr. Copper a un nivel de precio de cotización mucho más alto?
Disclaimer: El contenido de este apunte no debe interpretarse bajo aspecto alguno como consejo de inversión o recomendación de compra o venta de un activo o título en particular. Dicho contenido representa únicamente la opinión personal de quien lo suscribe. En todos los casos, todo inversor particular debe asesorarse con un profesional (ALyC) inscripto y habilitado a tal efecto ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) de la República Argentina.