Un almuerzo reducido a un puñado de entendidos (entre sommeliers, periodistas especializados, enólogos y comunicadores) fue suficiente para entender el plan de bodegas Antigal: tentar al paladar de los rosarinos con blancos, tintos y espumantes premium que se lanzan a la conquista en una región donde la cerveza es emblema a la hora de chocar las copas.
El consumo de vinos en Argentina (y en el mundo) ha disminuido considerablemente: de los 90 litros por año y por persona que se bebían en los años 70, se redujo a 16 litros per cápita/año por estos días. “No es solo un fenómeno que alcance al vino. Todas las bebidas alcohólicas han experimentado una disminución del consumo, por razones sanitarias, de responsabilidad y consumo saludable”, relata Paula González, de bodegas Antigal Winery & Estates, cuyana diplomada de enóloga en los claustros al pie de la cordillera y perfeccionada en las cavas de Comando G, en España. “Si bien hoy ha bajado el nivel de consumo en general, se ha visto un incremento en los vinos de calidad premium”, agrega.
Para “Pupi” (así la nombran los que la conocen) desembarcar en Rosario y Santa Fe es todo una experiencia “porque es un mercado súper desafiante” en el que los vinos tienen mucho para ofrecer, a pesar de la tendencia cervecera de la zona. “Hay vinos muy frescos y de bajo nivel de alcohol (hasta 9 grados) que maridan muy bien para comidas livianas o picadas y mantienen su calidad original”, a pesar de la menor graduación. Con ese perfil descontracturado y sin dogmas tradicionales, Antigal apuesta a instalarse en el Litoral, esgrimiendo el lanzamiento de su UNO Pinot grigio cosecha 2025 que “es un vino súper fresco, frutado, bajo en alcohol para quienes buscan algo refrescante”.
¿Maridajes: tinto, rosado o blanco…? ¿Con o sin soda?
En Argentina, tradicionalmente se han consumido más vinos tintos, siendo el malbec la variedad insignia dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero, “desde hace unos cinco años hay más demanda de vinos blancos: al auge del malbec le sobrevino una marcada preferencia del chardonnay”, explica Pupi, reconociendo que “cometimos algunos errores como industria al generar un gran tecnicismo alrededor del vino que más que acercar, alejaba a los consumidores”.
Hoy, hasta se acepta la vieja costumbre de mezclarlo con soda: “el vino es una bebida para disfrutarla con un plato, acompañado con un queso, solo o con hielo y con soda”, afirma sin ambages.
Y a la hora de combinar los vinos con las comidas “hay que aprovechar lo que más nos gusta: aunque hay una tradición que vincula ciertos varietales con carnes rojas y otros con pollos o con pescados, hoy lo fundamental es encontrar la variedad de vino que mejor nos permite disfrutar la experiencia de cada copa y de cada bocado”, resume la enóloga.
De conquistar el mundo a tentar las copas de los argentinos
Antigal es una de las bodegas más antiguas del país, fundada en 1897 en Maipú -primera zona vitivinícola de Mendoza a los pies de la Cordillera de los Andes- con sus principales viñedos ubicados en Valle de Uco.
El casco histórico de finales del siglo XIX fue completamente renovado cambiando una elaboración de vino a granel por alta gama. La búsqueda de la excelencia es el motor que impulsa el éxito de la bodega, produciendo vinos de gran calidad y equilibrados que expresan la esencia del terruño mendocino.
Con sus vinos distribuidos por todo el mundo, UNO Malbec está en el top 10 de malbecs argentinos más vendidos en Estados Unidos.
En el 2023, Antigal ganó el Wine Star Awards como la Mejor Bodega del Nuevo Mundo por la prestigiosa revista norteamericana Wine Enthusiast. Su inconfundible etiqueta metálica con el número 1 ha sido premiada mundialmente por su elegancia y originalidad.

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