Lo que fue un boom de consultas y demandas de departamentos en 2024 y la primera parte de este año parece haberse “freezado” producto de las nuevas (y más exigentes) condiciones de los bancos para calificar para un crédito hipotecario. De acuerdo a datos de COCIR, en Rosario, el 12% de las operaciones inmobiliarias se llevaban a cabo mediante financiación hipotecaria, mostrando un notable crecimiento tras años de inmovilidad en el sector. El rol de los créditos (hacer realidad aquello de pasar de inquilino a propietario), comenzó a esfumarse a partir de las mayores exigencias bancarias que redujeron drásticamente el universo de aspirantes con capacidad de calificar.
Apenas el 15% de los solicitantes -casi todos de clase media- pueden reunir los requisitos que demandan, sobre todo, en la banca privada: “hay tasas de UVA superiores a 15% que terminan haciendo inviable la contratación del financiamiento para comprar una vivienda”, destacan desde COCIR.
Tan solo algunas entidades oficiales, como el Banco Nación o el Municipal de Rosario, mantienen requerimientos “apenas accesibles” frente a la mayoría de los privados que aplican costos “distorsivos” e “inviables”, de acuerdo a las inmobiliarias.
Freno abrupto, altas tasas y rechazos: monotributistas, no
Los bancos comenzaron a exigir y los clientes decayeron: el aspirante a un hipotecario no debe tener ningún tipo de deuda, contar con trabajo en relación de dependencia y un buen salario (monotributos, abstenerse) más codeudores-garantes tan impecables como los solicitantes.
El encarecimiento financiero sumado a las condiciones más restrictivas derivó en ese “freno abrupto” de créditos para la vivienda que, por el momento, no encuentra alternativas para zafar. Inmobiliarias, constructoras y aspirantes a propietarios parecen dentro de una encerrona sin alternativas para destrabarla.
Los que conocen del negocio aspiran a una alternativa de coyuntura y al mismo tiempo sustentable en el tiempo: que los bancos otorguen créditos y se respalden en el mercado de capitales para ampliar las oportunidades de “acceso a la vivienda propia”.
Tu opinión enriquece este artículo: